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ANALISIS

Dinorah Carballo

“Hilando Textiles”

MIRAR Y VER, MIRAR Y ENTENDER, MIRAR Y SER

Como tras de sí misma va esta línea,  por los horizontales confines persiguiéndose y en el poniente siempre fugitivo en que se busca se disipa…

 Octavio Paz,  (A Claude Monet)[i]

Las obras creadas para la exposición Hilando Textiles de Rosemary Gólcher es necesario mirarlas como textos, en que se desarrolla un lenguaje elaborado con cuatro  elementos principales:  papel, pigmentos de acuarela, emplomado y tela. Si se observa con detenimiento, la línea, el color y los espacios vacíos forman una arquitectura  simple, de líneas verticales y horizontales, con pocas en diagonal, lo que le da una sensación de equilibrio y compleja, de amarres, y desatados en que todo es importante.  Unido a esto están otros accesorios que en apariencia no son parte del texto, sin embargo, lo complementan; la forma de enmarcar, el color de fondo y algunos detalles que en ocasiones incorpora, además del carácter “suspendido” que le quiere dar al papel, como ella misma expresa.

¿Qué nos dice a nosotros todo esto?. Confirma una necesidad en la autora de elaborar arquitecturas que evocan diálogos. Con la pintura, con el vitral,  con autores de la abstracción, (Kandinsky, Mondrián, Malevich). Con la historia. Lo que muestra  investigación, afinidad, correspondencia con cierta estética que los identifica, pero a su vez  deja ver un interés por crear tejidos,  en el sentido más exacto del término, “cosa formada  al entrelazar varios elementos” [ii]

Resulta entonces un objeto, un objeto contemporáneo que plantea interrogantes, que involucra al espectador en la observación más allá de la técnica. Cada elemento inmerso en ese ensamble nos identifica con otras cosas, son signos que conversan  con el que observa. Hay referencias a la estructura musical creada con sonidos y silencios, partituras cadenciosas, tersas, ritmos, cálidos o altisonantes, conforme a la yuxtaposición de los colores, pero siempre contenidos, no producen malestar o disconformidad. A las telas, símbolo de envoltura, de encubrimiento, de sensualidad. A los colores que conjuga o elabora minuciosamente, ampliando la gama y llevándola a unos términos muy personales, casi íntimos. “el color, es lo protagónico”, desde su punto de vista. Con él, crea puntos de interés. Se piensa entonces en un Van Gogh, “El cielo es de un azul profundo…un azul más profundo que el azul fundamental de un cobalto intenso, y de otras de un azul más claro, como la blancura azulada de las vías lácteas . (1982,226) [iii] y en una constante referencia a la pintura.

Silencios, espacios en blanco, fusión de líneas que encierran o liberan,  obra armónica en cuanto a ritmo, color, texturas, en que la síntesis y la limpieza también hablan. Caligrafías que convidan al juego, a la danza, a la exploración de formas, sugerido en combinaciones de líneas, rutas, direcciones hacia lo desconocido cuando aparecen retazos de tela con formas indefinidas o en  trazos proyectados al espacio vacío. Tejer y destejer parece ser la consigna, subir y bajar, atar y desatar que nos recuerda a Ariadna y el laberinto. A un tiempo en destiempo, a un tiempo ritmado.

¿Intenta cuestionar Rosemary el tiempo? ¿Invita con sutileza a la contemplación?, ¿a detenerse y ver, en  la loca carrera contra el tiempo, que comprime la existencia de hoy? 

Esta muestra es la continuación de otra que denominó “Atando Colores” en que empieza a combinar y explorar los elementos arriba descritos.

Dinorah Carballo
Artista, Historiadora del Arte con Estudios de Postgrado en Literatura Latinoamericana, UCR
Febrero 21, 2006                             

[i] Paz Octavio, Los Privilegios de la Vista  I, Fondo de la Cultura Económica, México, 1995

[ii] Diccionario de la Lengua Española, 2001

[iii] Vincent Van Gohg, Cartas a Theo, Barral Editores, Barcelona, 1982